La osteointegración es un procedimiento quirúrgico que facilita y permite que un implante quirúrgico externo se adhiera o adjunte directamente al hueso. Es el término científico que se refiere al crecimiento óseo sobre un implante de metal.
La osteointegración es recomendable y muy beneficiosa porque elimina la necesidad de una prótesis tradicional de encaje y, además, aumenta la comodidad, movilidad y calidad de vida de la persona implantada
La cirugía y la osteointegración, también para amputados
La cirugía es un proceso que consta de dos etapas y durante un periodo aproximado de entre 6 a 8 semanas. Obviamente se ha de integrar con un programa de rehabilitación posterior a la cirugía para conseguir así una adaptación y recuperación óptima.
En la primera etapa se procede a la inserción del implante y en la segunda a la inserción de la prótesis externa. Aquí el implante se somete al proceso de osteointegración y la prótesis externa se inserta en el muñón.
Los implantes de titanio y la osteointegración a nivel general
La superficie del implante va a resultar clave para conseguir la osteointegración y pese a los avances logrados con el desarrollo de implantes ortopédicos, el desarrollo de implantes de titanio con la osteointegración sigue siendo todavía un reto.
En la actualidad, los implantes que se realizan de titanio puro y de sus aleaciones son los más aceptados y utilizados y la razón principal es que posee características biocompatibles, es altamente resistente a la corrosión y una propensión intrínseca a la osteointegración que lo hace único.
Según los expertos y los estudios alrededor de esta temática, para que una osteointegración tenga éxito, el implante debe tener una firme conexión, es decir, sin movimiento en el sitio óseo. Y debe tener esa conexión entre la superficie del implante y el tejido óseo circundante.
El favorable resultado de los implantes de titanio se debe también la eficaz respuesta de las células osteogénicas durante la cicatrización. Pero, sin embargo, estos implantes también tienen sus limitaciones.
Existen nuevas superficies de implante como el recubrimiento poroso de micro esferas o partículas irregulares, la pulverización con plasma de titanio, la anodización, los recubrimientos de fosfato de calcio que podrían mejorarlo. Sin embargo, se sigue investigando sobre la respuesta del tejido preimplantado a esos nuevos recubrimientos o la modificación de la superficie de los implantes.
Pese a los grandes avances y logros, la modificación de la superficie del implante de titanio sigue siendo un hándicap. En un cuerpo humano, un implante de titanio requerirá de un periodo de 3-4 meses para integrarse el hueso y, sin embargo, en animales es mucho más rápida.
Biovac, recubrimiento de titanio (Ti)
El debate y la investigación siguen abiertos. En Biovac trabajamos el recubrimiento de titanio para favorecer la osteointegración y tiene las siguientes especificaciones:
- Recubrimiento de Titanio rugoso (Plasma)/poroso (microesferas o partículas irregulares)
- Porosidad de 15 % Plasma – 40 % – Micro esferas sinterizadas – 60% Partículas irregulares sinterizadas
- Rugosidad del recubrimiento > Rt 100 µm
- Adherencia > 22 MPa para plasma de Ti, y > 34.5 MPa para microesferas o partículas irregulares sinterizadas, llegando Biovac a 55.1 MPa
Sus ventajas son:
- Genera una superficie rugosa (plasma) y porosa (microesferas o partículas irregulares sinterizadas) en donde el hueso es el que se adapta y encuentra cómo agarrarse para fijar la prótesis.
- El hueso crece en los huecos del recubrimiento (microesferas o partículas irregulares) creando así una fijación firme, o sobre la rugosidad de otros recubrimientos.
- La prótesis implantada requiere de este tipo de superficies rugosas/porosas para crear esa unión entre implante y tejido óseo.
- Se reduce considerablemente la presión entre el hueso y el implante y se genera una excelente fuerza de unión.
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